Sucedió en Madrid

Como ya somos madrileños, hemos escrito seis relatos de ficción que suceden en Madrid . ¡Anímate a leerlos y disfruta!

La Historia de Antonio Morales (James)

Antonio Morales, 21 de marzo de 1963

No sé por qué estoy contando esta historia, pero pienso que es algo importante. Cuando tenía 29 años era un agente de policía en Madrid. No era bueno, era el mejor. Pero este fue el caso más peligroso de mi carrera. Una chica fue asesinada brutalmente durante una fiesta en Gran Vía, y mi jefe quería que yo tomara el caso. Fue un error. Si no hubiera investigado ese asesinato, ahora mi vida sería mucho mejor. Pero está en el pasado, ¿no?

Cuando recibí el caso inmediatamente fui a visitar a mi amigo Javier. Era el dueño de una delicatesen en Chamberí. También era mi mejor informante. Teníamos una historia caótica, pero él siempre me había ayudado. Normalmente a mi mujer no le gustaba que yo visitara a Javier. Siempre decía que él era una mala influencia. Sin embargo, ese día lo necesitaba. Llegué a su delicatesen y las luces todavía estaban iluminadas. Estaba abierto. Entré y Javier me vio con una cara preocupada. Si lo hubiera visitado para comer un bocadillo, habría llamado antes. Pues el sabía que necesitaba ayuda.

Me senté en una esquina y él vino para sentarse conmigo.

Se sentó conmigo y me dijo que había escuchado que el padre de la chica muerta trabajaba en una banda y había usado el dinero de la banda para la fiesta. Me dijo que era posible que mi sospechoso fuera parte de esa banda y se fue. No podía decirme más. Todavía tenía que pensar en su propia seguridad y la seguridad de su familia. Pero eso fue lo único que yo necesitaba.

La banda se llamaba “Los Arriesgados” y tenían una reputación de violencia. Si una persona normal hubiera asesinado a la chica, ese caso habría sido fácil. Pero Los Arriesgados incorporaban más temeridad en sus crímenes.

Me levanté y me fui de la delicatesen. Había caminado 4 o 5 cuadras cuando lo oí: disparos, muchos disparos. No lo vi, pero sabía lo que estaba pasando. A los Arriesgados no les gustaba que Javier me hubiera dado la información y habían reaccionado más rápidamente de lo que pensaba. Es una lástima que Javier tuviera que morir para que yo pudiera resolver el caso,

Pero para un caso como ese, tenía que hacer muchos sacrificios.

Continuará

Monotonía (Mike)

Estás haciendo una entrevista para una carrera que no amas y solamente para recibir un salario dentro de un edificio, cuando empieza a diluviar. El relámpago de las tormentas de Madrid te recuerda un sueño que tuviste hace algunos años que no habías recordado hasta ese momento…

Estuviste sentado en una mesa dentro de un café, a través de ti había una muñeca con una cara llena de tristeza y esperanza falsa que llevaba un sombrero de copa y esmoquin. Tu vista estaba obstruida, había una capa de humo en todas partes del cuarto como una niebla de confusión. Echaste un vistazo alrededor del espacio y te sorprendió que no hubiera otros humanos dentro del edificio, todos eran muñecos que tenían la misma ropa y la misma cara de la que estaba sentada enfrente de ti. Te diste cuenta y te ponía nervioso que las muñecas estuvieran hablando. Oías conversaciones que sonaban como entrevistas con una muñeca preguntando a otras, y la única frase que oías era “¿Qué está haciendo?”. Una pregunta cargada que tiene más de un sentido.

Empezaste a sentirse asustado, si hubieras sabido donde estaba tu móvil, habrías llamado a la policía. En ese momento, un reloj tremendo bajó del techo y cada segundo sonaba como lágrimas pegando al piso. Estabas confundido, ojalá hubieras comprendido lo que estaba pasando.

Luego te llamó la atención que una figura negra abrió la puerta para que todo el humo escapara y el cuarto se iluminara. La figura tenía un papel en las manos que tenía una lista de cosas con algunos tachados que no podías leer. En ese momento, la figura y tú erais los únicos cuerpos dentro del edificio. Quizá no te fuera a hacer daño, pero no querías correr el riesgo. Apenas viraste bruscamente de la figura, te habría capturado si hubiera estado un poco más rápida, y corriste hacia afuera.

Te despiertas en el café enmedio de la entrevista. La lluvia para, y ves que todo está normal otra vez. Ahora te das cuenta de que cada persona en el café tiene la misma ropa, cada persona trabajadora, cada vida lo mismo… y te sientas así algunos minutos pensando: De verdad, ¿qué estoy haciendo?

Misterio de asesinato en el chotis (Zoe)

En el año 1932 estuve trabajando como agente de policía en el departamento de homicidios en Madrid. A mi mujer le habría gustado que hubiera elegido un trabajo menos peligroso pero, con 27 años, me encantaba que el trabajo siempre fuera fascinante, nunca con un momento aburrido o repetitivo. Una noche de viernes, estaba preparándome para salir del trabajo cuando sonó el teléfono. Lo contesté y dije que me dijera. Era mi jefe. Me dijo que durante el festival de chotis que estaba pasando en Gran Vía, hubo un asesinato y que tenía que irme a la escena para investigar. Cuando llegué a la escena del crimen, en el último piso del edificio Metrópolis, descubrí el cuerpo de la víctima en el centro de la pista de baile, bajo la araña, con su vaso de tinto de verano roto en el piso al lado de él. Sin ningún indicio de un ataque o una pelea, era obvio que la víctima había sido envenenada. Quise que todos los testigos fueran entrevistados, entonces dije que nadie podía salir hasta que las entrevistas estuvieran acabadas. Por las entrevistas, había encontrado un sospechoso. La novia de la víctima tenía un ex novio celoso que había querido que se separara de la víctima para regresar con él. La mujer, Elena, le había visto antes en la noche buscándola. El nombre del sospechoso era Carlos Primero. Habría sido magnífico que Carlos hubiera estado en la escena del crimen todavía pero ya había huido. Mandé un equipo de búsqueda y dos horas después lo encontramos en Bilbao, en la puerta del apartamento de Elena. Lo llevé a la comisaría para interrogarlo y me dio una confesión. Dijo que cuando Elena se había separado de él, tomó el apartamento de su abuela y que quería tener el apartamento otra vez pero como amaba a Elena todavía, no podía matarla, entonces mató a su novio Carlos en su lugar. Esperaba que Elena estuviera tan triste que iría a él por consuelo y en consecuencia tendría su apartamento y a su novia otra vez. Y con esta información puse a Carlos en la cárcel. Después de una noche muy larga finalmente podía volver a casa.

Un Gato en Madrid (Kristina)

Sergio y yo vivíamos en otra ciudad que me gustaba mucho, pero ahora vivimos en un lugar nuevo donde podía estar perdido, y este lugar nuevo es donde nací pero lo dejamos cuando era muy joven. El lugar se llama Madrid, y es familiar, pero no recuerdo el lugar porque hemos vivido en muchos lugares en España. Un día, Sergio estaba saliendo de la casa como un día muy típico, pero ese día tenía una maleta en sus brazos. Me dijo que había planificado su viaje durante muchas semanas y que tuviera cuidado mientras estaría solo y fuera un buen niño, y me dijo que adiós. No entendía por qué Sergio se iba. Si hubiera prestado más atención, posiblemente lo sabría, y quería saber adónde iba. Entonces, lo vi entrar a un taxi y decidí seguirlo. Corría muy rápidamente por la ciudad para seguir al taxi, y si no hubiera corrido tan rápido, no habría podido ver adónde iba. Cuando el taxi llegó a la estación, una persona desconocida salió de él. ¡Estaba perdido! ¿Dónde estaba mi dueño? Miré a la ciudad y vi una señal con las letras “Atocha”, pero no sabía dónde estaba o la manera para volver a mi casa. Deseaba que Sergio no se hubiera ido. Si no fuera un gato, podría usar un taxi o comunicarme con personas que podrían ayudarme a volver a mi casa. Empecé a caminar. Cuando caminaba, vi un parque muy grande, con fuentes, mucha gente, una rosaleda ¡y un palacio! ¡Qué guay! Quería detenerme y jugar en un barco porque había mucha gente en barcos en un lago con la estatua de Alfonso XII, pero tenía que volver a la casa. Entonces, entré a una plaza muy hermosa. En el centro había una estatua de Colón, y en la plaza había un teatro, restaurantes y tiendas, y cerca de la plaza había una bandera muy grande de España. Continué caminando hasta que oí mucho ruido. El ruido era de un estadio de fútbol. El estadio era el Santiago Bernabéu. Si fuera un humano, entraría para ver un partido de fútbol. Finalmente, encontré la torre de oro y los dos edificios inclinados, y sabía dónde estaba. Estaba en Plaza de Castilla, que está muy cerca de mi casa, y ya no estaba perdido.

¿Qué corre hacia el futuro más rápido: el hombre o el tiempo? (Gavin)

 Había un chico alto, delgado y en forma, con el cabello castaño y con la piel que parecía como si el sol le diera el roce más suave a este niño guapo; también siempre se vestía con ropa elegante y de moda; cuando caminaba por las calles, parecía como si estuviera volando, como si sus pies no pudieran tocar el suelo, como si el viento le alzara. La manera en que este chico caminaba, respiraba, hablaba y vivía sugería que era de otra época en la que todavía existía la caballerosidad, una época donde crecían las artes, la palabra y la voz.

Una noche, decidió reunirse con una amiga en Las Vistillas y esperó a su amiga allá, donde podía ver la calle, la ciudad iluminada y la gente caminando, donde podía oler la comida sabrosa con una pizca del humo de los cigarrillos, donde podía oír el viento escapándose de las bocas de la gente y las lenguas vibrando como si la gente de la ciudad cantara en voz alta el sonido y el ritmo de su cultura.

Después de darle dos besos, él contestó su pregunta.

 Me habría dado mucha pena haber llegado tarde a verte. Habría sido horrible que hubieras tenido que esperarme sola en el parque.

 No te preocupes. No me importaría que hubieras llegado tarde – dijo ella – habría visto la puesta del sol mientras te esperara.

 ¡Ojalá me lo hubieras dicho antes! Pero bueno, está todo bien. ¿Te puedo hacer una pregunta?

 Claro.

¿Dónde está el Real Alcázar? – preguntó él.

La bruja de Madrid (Nirupa)

En Madrid, vivía una bruja muy malvada que quería derrocar al Gobierno de España y convertirlo en una dictadura fascista. Toda la gente en Madrid deseaba que esta bruja no viviera en Madrid porque estaba tan loca y violenta que todo el mundo tenía miedo de ella.

Un día, un niño llamado Pedro regresó a su casa y su papá le dijo que fuera al salón y se sentara. El papá de Pedro le dijo que la bruja anunció que echaría una maldición al Ayuntamiento de Madrid con su varita mágica en una semana si no se convertía en la dictadora de España. El papá de Pedro estaba muy asustado y le dijo que si hubiera sabido acerca de esta bruja malvada antes de mudarse a Madrid, nunca habría ido a la ciudad. Al oír esto, Pedro se puso muy enojado porque Madrid era su hogar. ¡Era un madrileño y, ninguna bruja podría tomar su casa! 
Pedro no sabía qué debería hacer, pero quería deshacerse de la malvada bruja. Pedro decidió visitar a la bruja en Pinar de Chamartín para pedirle que se fuera de Madrid y nunca volviera. (Pedro no era muy inteligente…él creía que podía persuadir a la bruja… qué tontería). 
Subió a su castillo y vio a la bruja sentada en su trono. Le daba miedo que la bruja estuviera enfrente de él…con la piel verde y el pelo gris largo, Pedro pensó que si hubiera sabido que la bruja era tan aterradora, habría tenido demasiado miedo de venir a su castillo. 

La bruja se enojó porque Pedro fuera a verla y con su varita mágica, estaba a punto de echarle una maldición. Sin embargo, Pedro saltó y agarró la varita antes que la bruja; sosteniendo la varita, Pedro le dijo a la bruja que dejara Madrid para siempre, o él la destruiría con la varita.
La bruja huyó de su propio castillo y gritó que si ella hubiera sabido que Pedro la forzaría a salir de Madrid, nunca habría amenazado la ciudad. 
Pedro volvió a casa después de destruir la varita (que contiene todos los poderes de la bruja) y todos los madrileños celebraron el regreso del héroe y el fin de la bruja malvada. Pedro miró alrededor de su hermosa ciudad y dijo “Te quiero, Madrid”.