Perdida en Madrid: Capítulo 2

El jueves pasado, tenía que visitar el Museo del Prado para preparar una presentación. Estaba esperando en el metro cuando un chico empezó a hablarme. No quería hablar con él, pero como soy torpe socialmente, no le dije que me dejara en paz. Me saludó mucho y me preguntó sobre mí misma. Cuando llegó el tren, se embarcó conmigo y continuó hablándome. Y como, otra vez, no puedo decir no, me añadió en Facebook. Muchas veces intentó tomarme las manos. Al querer escapar, desembarqué en la estación equivocada. Estaba en Gran Vía y decidí caminar al museo, pero como estaba nerviosa por el encuentro, y no estaba pensando correctamente, caminé en la dirección equivocada (a Callao). Entonces, después de darme cuenta, cambié de dirección e hice lo que siempre hago cuando no sé la ruta, y caminé en la dirección general de mi destino hasta encontrarlo. Mientras vagaba, descubrí una sección de la ciudad muy bonita y chula. Creo que era en el barrio de Las Letras. Había un mercado por las calles de antigüedades, productos artesanos y otros trastos, parecido a un mercadillo. También vi en una calle lo que aparecía a un plató de película. Por último, encontré el Museo del Prado.
Me alegra haber tenido esta experiencia a pesar de que empezó mal, porque pude ver una parte de la ciudad nueva para mí. Me encanta caminar sin dirección porque es en estas situaciones cuando pasan las mejores experiencias. Perderse es la manera en que se conoce más de una ciudad. Además, espero perderme otra vez.

Y si quisieras saber, por suerte, el chico no ha llamado o mandado un mensaje nunca.

IMG_1630 (1)

IMG_1639 (1)

 

 

View all posts